Después de coquetear por muchos años con la idea de incursionar en el mundo de la gastronomía, finalmente tuve las agallas, la energía, y el tiempo para lanzarme en este viaje sin retorno ni rumbo fijo. He aterrizado en un pequeño espacio lleno de colores y sabores donde, con mucho esfuerzo y sacrificio, intento llevar a cabo este proyecto y ver a dónde me lleva.
Aunque llevo la mitad de mi vida viviendo fuera de el país donde nací, mi acento Caribeño delata mi esencia. Tengo el corazón dividido ya que he vivido en tres países a lo largo de mi corta vida y todos han dejado huella y aportado para formar a la persona que hoy soy. Padre de tres niñas a las que quiero mas que a la vida misma, esposo de una mujer excepcional, e hijo de unos padres maravillosos me siento bendecido y agradecido de poder compartir con ellos cada momento vivido.
Como la mayoría de las historias de los que nos gusta la cocina, vengo de una familia de cocineros del mas alto nivel. Mi abuela paterna es una autoridad tanto dentro como fuera de la cocina. Enviudo a los 36 años con 8 hijos y gracias a la cocina logro sacar a su familia adelante. Autora de 2 libros de cocina y matriarca de una familia espectacular, es quién nos ha inculcado a sus hijos, nietos, y bisnietos el amor por este arte.
Me gusta la cocina por que hace feliz a la gente, y ver a la gente feliz me hace feliz a mí. ¡Es así de sencillo! Disfruto mucho conocer nuevas culturas por medio de su gastronomía y aprender cosas nuevas. Pienso que conocer la historia detrás de lo que comemos y bebemos le da sentido a la experiencia y se disfruta aun mas. ¡Y esto es lo que intento lograr aquí! Quiero que sientan que están sentados al otro lado de la barra de mi cocina, en mi casa, como mis amigos, y con una copa de un buen vino en la mano disfruten conmigo de esta aventura que apenas comienza.
Gracias por acompañarme en este viaje y acuérdense que la vida es #UnaVainaBella.
¡Salud!
Carlos Enrique Otoya.